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BIOGRAFIA

Desde su lugar de nacimiento, San Juan, en la provincia de Chimborazo, al pie del volcán más alto del Ecuador, Geracho Arias ha desarrollado una visión del mundo y del ser humano, que resulta universal. Sus primeras percepciones provienen de una naturaleza salvaje, lo que explica el origen de sus temas pictóricos y el que sus esculturas estén imbuidas de esa atmósfera.

 

Con poca edad, sale al mundo y en plena adolescencia se encuentra en la costa ecuatoriana, experimentando  la vida independiente y en plena exploración de las formas nuevas con que el trópico alimenta sus ojos.

 

En Quito encuentra una escuela artística de mucha tradición, de la que inicialmente se nutre. En la Facultad de Artes de la Universidad Central conoce la academia, las técnicas que le darán herramientas para expresar sobre la tela, grabar sobre el metal, cortarlo, limarlo y ensamblar con el material fragmentado, totalidades metálicas imprevistas.

 

Decide vivir durante varios años en la costa norte de Esmeraldas, en el Recinto Olmedo. Allí, divide sus esfuerzos entre la enseñanza a niños y la pesca como forma de sustento. Este tiempo le sirve para definir aún más las formas que se integrarán a su obra plástica.

 

Sus primeras exposiciones en Quito y Cuenca, lo comprometen gradualmente con un público que comienza a apreciar sus aportes.  Su obra sale de las fronteras de su país para exponerse en Chicago con inesperado éxito. Una exposición en la Cancillería, en Quito, precede a otra salida del Ecuador, esta vez a Panamá y Nueva Jersey en EEUU.

 

Durante dos años aporta a la ornamentación pública de Quito, con la creación de seis esculturas monumentales en metal, entre las que se destaca el Toro frente al Ministerio de Agricultura. Luego expone en Tama, Japón con impresionante acogida, lo que reorienta su concepto de universalidad. Y algo similar ocurre con su primera exposición en Nueva York, en donde decidirá residir y crear durante cinco años de abundante producción artística.

 

Su siguiente incursión será en la ilustración de libros. En cuento, sus imágenes le darán vida a Fuga Permanente de Gabriela Alemán y a Desnudémonos de Renato Ortega Fenner. En poesía, Huellas en el agua de Antonio Correa Losada y en crónicas periodísticas, el reciente libro Crónicas de viaje, 14 mundos de Renato Ortega Luère.

 

Dará un salto geográfico cualitativo cuando aterriza en las islas Galápagos, donde encuentra los temas que lo identifican con un estilo y una visión de la tierra áspera de las costas del archipiélago y sus inusuales habitantes. El agua cristalina del mar lo atraerá con fuerza hacia ágiles animales y peces, excelsos nadadores que se sumergen con alegría frente a sus asombrados ojos. Su obra actual se concentra en las islas Galápagos, en insólitos personajes que se integran a sus visiones, con una cromática innovadora y un espíritu de misterio frente a un universo tan bello como excéntrico.

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